domingo, 31 de julio de 2011

Las Ciudades Perdidas de los Mayas



La decadencia de la civilización Maya

Mucho hemos hablado del apasionante tema de la Civilización Maya. Hoy es momento de ir algo más adelante, para saber qué ocurrió con este floreciente pueblo, cuál -o cuáles- fueron los motivos de decadencia maya. A ciencia cierta, no hay explicaciones históricas que puedan explicar lo ocurrido, pero sí se han desarrollado diversas teorías sobre el declive de los mayas, que repasaremos en este artículo.


■Algunas teorías sostienen que por el siglo IX, los mayas habían ya agotado los recursos naturales de sus tierras, hasta el punto que ya no podían mantener a una población muy grande.


■Otros expertos sobre la historia maya consideran que fue la constante guerra entre ciudades-estado competidoras el principal factor en la decadencia de esta civilización. La compleja trama de alianzas militares, familiares (por matrimonios) y comerciales terminó por colapsar, y junto ellas el tradicional sistema dinástico.


■La tercer teoría más fuerte habla de sucesos naturales catastróficos. Se piensa fundamentalmente que podría haberse tratado de un extremadamente intenso período de sequía. La sequía que habría afectado con mayor dureza a ciudades como Tikal donde el agua de lluvia era necesaria para beber, así como para el riego de los cultivos básicos en su alimentación.


Existe también la presunción de que los tres factores de los que hablamos (la superpoblación y la sobreexplotación de la tierra, la guerra endémica y la sequía) pueden haberse combinado para llevar a la decadencia de los mayas en las tierras bajas del sur. Aún así, la civilización perduró en las tierras altas de la península de Yucatán. Algunas ciudades mayas como Chichén Itzá, Uxmal y Mayapán continuaron floreciendo en el período Posclásico (900-1500 dC). Para el momento en que los conquistadores españoles llegaron, sin embargo, la mayoría de los mayas que aún habitaban en la región vivían en pueblos agrícolas. Y sus grandes y magníficas ciudades estaban enterradas bajo gruesa capa de vegetación, escondidas por varios siglos más.

Fuente: sobrehistoria.com



sábado, 23 de julio de 2011

La Argentina despues de la Independencia


La declaración de la Independencia Argentina fue el 9 de Julio de 1816. Significó un paso muy importante en la larga lucha por la consolidación este nuevo país. Pero al mismo tiempo que dio por cerradas las muchas cuestiones que impidieron la independencia entre 1810 (revolución de Mayo) y 1816, abrió otros conflictos que marcaron muy fuertemente los siguientes años de su historia.

Las Provincias Unidas de Sud América era el nombre que tenían estos territorios por entoces, antes pertenecientes al Virreinato del Río de la Plata una de las divisiones administrativas del Imperio Colonial Español.
El principal foco de conflicto que se abrió tras la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas de Sud América (nombre que tenían estos territorios por entonces) era la vital cuestión de cómo se iba a gobernar y organizar este nuevo estado independiente. Lo que iba estrechamente ligado –por supuesto- a cómo se habrían de manejar los intereses económicos de las distintas regiones y los distintos grupos de poder.

Esto se expresó fundamentalmente en dos posturas que perduraron y se consolidaron: federalistas vs centralistas. Es decir, los que querían un gobierno fuerte y centralizado en Buenos Aires (centralismo), y los que apuntaban a una federación de provincias (federalismo). Era, sin más ni menos, el germen de las guerras civiles entre federales y unitarios que atravesarían las siguientes décadas de la historia argentina.

Al mismo tiempo, la Declaración significó un importante refuerzo a las luchas americanas por la Independencia. Pronto llegaría el momento de ejecutar el plan continental de San Martín que se preparaba desde hace unos años y que –a través del cruce de los Andes- abriría el camino para la liberación de Chile y Perú.


Desde un punto de vista más abstracto, podemos ver cómo la declaración de la Independencia funcionó como un elemento de legitimación del proyecto revolucionario y de cimiento en la construcción de la -por entonces incipiente- “identidad nacional”. También tuvo un impacto psicológico positivo en la población y en las tropas, cada vez más agobiadas por las penurias de una larga guerra

Imágenes:

1. Representación de la Declaración de la Independencia, en Ministerio de Educación.

2. Mapa de las Provincias Unidas en América del Sur en 1816, en wikipedia

3. Acta de la Declaración de la Independencia, en Wikipedia

Fuente: sobrehistoria.com

sábado, 2 de julio de 2011

Los vándalos

Es sabido del prejuicio de los historiadores tradicionales hacia la naturaleza de los pueblos germanos que se expandieron durante la decadencia del imperio romano.

En contraste con la civilización romana, los pueblos “bárbaros”, como se los llamó peyorativamente, no poseían el mismo grado de organización política y social. Además, fueron un importante factor para el deterioro de las fuerzas militares romanas, incapaces de defender todo el territorio que habían conquistado en Europa.

Entre los bárbaros, los vándalos son los que peor reputación adquirieron. En el idioma castellano, la palabra vándalo puede referirse tanto al pueblo germano como a un “hombre que comete acciones propias de gente salvaje y desalmada”.

El origen de los vándalos puede rastrearse hacia los primeros siglos de nuestra era, cuando fueron desplazándose desde las regiones germanas hasta la península ibérica. Hacia el 400 d.C., llegaron a la provincia romana de Hispania, desde donde cruzaron finalmente a las ricas tierras agrestes del norte de África.

Genserico, fundador del reino vándalo en África, se convirtió así en un soberano del “imperio del trigo”, cuya capital era la ciudad de Cartago. En este territorio, el poder real dispuso de órganos rudimentarios: el gobierno central se confundía con la corte de Cartago, formada por compañeros del rey.

Los caballeros, cubiertos de hierro, tocados con un yelmo cónico, armados de un arco y una espada, constituyeron la fuerza principal de la monarquía vándala. Las cualidades guerreras de ese puñado de hombres les permitieron instalar su eficaz dominio en la población romana de África. Incluso expandirse y enviar una incursión para saquear Roma en el año 455.

Pero si bien algunas costumbres germanas se filtraron en la vida cotidiana de los romanos, los vándalos en el poder seguían siendo una minoría que estaba condenada a desaparecer, asimilada por la masa romana.

Los reyes vándalos intentaron oponerse a la fusión de razas y culturas por medio de una política de segregación estricta: Genserico eligió para sus guerreros las mejores tierras de la Proconsular (norte de Túnez) y expulsó de ellas a los propietarios romanos, que tuvieron que establecerse en otro lado. Prohibió los matrimonios mixtos, y sólo los vándalos tenían derecho de llevar armas. Cada comunidad conservó su organización y costumbres.

Pero muy pronto los vándalos se acomodaron a la manera romana de vivir, se afeitaron la barba, frecuentaron el circo y las termas, los guerreros se casaban con romanas, los hijos iban a la escuela del gramático.

La lengua vándala no tardó en dejar de hablarse; han quedado pocas huellas de ella. Las costumbres ancestrales en materia de construcción, alfarería y vestimenta se olvidaron en las tierras africanas. El conquistador había sido conquistado.







Lista de reyes vándalos 1.Visumaro Siglo III d. C.

2.Godegisilio (¿?—406)
3.Gunderico (407-428)
4.Genserico (428-477)
5.Hunerico (477-484)
6.Guntamundo (484-496)
7.Trasamundo (496-523)
8.Hilderico (523-530)
9.Gelimer (530-534)

Fuentes e imágenes: Sobrehistoria.com /Wikipedia / MundoHistoria / Pietri, L.: La Edad Media (siglos V al XV), El mundo y su Historia, Argos / Cameron, A.: El Mediterráneo en la Antigüedad Tardía (395-600)